Distribuir trufa fresca es mucho más que entregar un producto delicado a tiempo. Significa cuidar cada detalle, desde la selección en origen hasta el embalaje final, para asegurar que llega al cliente en condiciones óptimas. En Laumont, especialistas en trufas, trabajamos cada día con una idea clara: ofrecer trufa fresca con garantía de calidad, continuidad de servicio y seguridad alimentaria.
Garantía de calidad desde el origen
Cada trufa que sale de nuestras instalaciones ha superado un riguroso proceso de control. En primer lugar, pasa por detectores de metales y materias impuras, asegurando que no contiene ningún material no deseado en su interior. Después, se lava cuidadosamente, eliminando cualquier resto de tierra para que llegue lista para usar en cocina.
Utilizamos un sistema de escandallo que clasifica las trufas por forma, tamaño y maduración. Así, podemos ofrecer diferentes calidades según las preferencias de cada cliente. La última palabra, sin embargo, la tienen nuestros expertos: el olfato y las manos de quienes llevan años trabajando con trufa eligen las mejores piezas para ser enviadas.

Envíos diarios durante toda la campaña
Durante la campaña, servimos trufa fresca a diario. Cubrimos las principales especies y temporadas del año:
- Trufa negra (Tuber melanosporum): noviembre a marzo (origen España) y de junio a agosto (origen hemisferio sur).
- Trufa de verano (Tuber aestivum): abril a agosto
- Trufa de otoño (Tuber uncinatum): septiembre a noviembre
- Trufa blanca (Tuber magnatum): octubre a diciembre
El 100% de la trufa negra de (Tuber Melanosporum) que vendemos durante la campaña de invierno es española, recogida por la extensa red de truficultores que colaboran con Laumont desde todos los puntos del país.
No exigimos pedido mínimo. Adaptamos cada envío a la necesidad del cliente. Eso sí, durante los momentos de menor recolección —al inicio o final de campaña— puede haber limitaciones para garantizar la disponibilidad a nuestros clientes recurrentes.
Seguridad alimentaria en todo el proceso
Cada tipo de trufa tiene su tratamiento óptimo. Por ejemplo, la trufa negra se envasa al vacío y se prepara con hielo en packaging especial para mantener la cadena de frío. En función del destino y del tiempo estimado de entrega, ajustamos cada detalle del embalaje.
Además, acompañamos cada envío con la documentación que requiera el cliente: fichas técnicas, certificados de origen, trazabilidad completa y un seguimiento activo del envío para anticiparnos a cualquier incidencia.
Vida útil y rotación eficiente
La trufa fresca tiene una vida útil de entre 5 y 10 días, dependiendo de su estado de maduración y la fase de campaña. Para ayudar a nuestros distribuidores a maximizar la rotación, mantenemos una comunicación constante y cercana, con recomendaciones personalizadas y ajustes en los envíos según la demanda.
Contamos también con un sistema de fidelización, que nos permite garantizar acceso prioritario al producto en semanas de baja recolección a los clientes que trabajan con nosotros de forma continuada.

Trazabilidad y origen garantizados
Informamos siempre del origen exacto (país y región) y de la fecha de recolección. Habitualmente, las trufas que enviamos han sido recolectadas esa misma semana. Además, podemos ofrecer trufa con certificaciones específicas, como trufa ecológica o trufa negra con origen garantizado (ej. trufa negra española).
¿Por qué trabajar con Laumont?
Lo que nos diferencia no es solo el producto, sino la forma de trabajar. Somos especialistas en trufas: las seleccionamos a diario, conocemos el terreno, y trabajamos con una red de más de 500 truficultores que nos garantiza producto fresco durante casi todo el año.
A eso se suma una atención cercana, capacidad de reacción ante imprevistos, y la garantía Laumont: la confianza de que cada trufa ha sido seleccionada, preparada y enviada por un equipo que lleva décadas en esto. Por eso confían en nosotros los mejores chefs del mundo, como Martín Berasategui, nuestro asesor gastronómico.