De los bosques al restaurante: el viaje de la trufa fresca con sello Laumont

La trufa negra fresca es uno de los ingredientes más exclusivos y deseados en la alta cocina. Su aroma inconfundible y su capacidad de transformar un plato en una experiencia gastronómica única la han convertido en protagonista de muchas cartas durante los meses de invierno. Sin embargo, pocas veces se habla del viaje que realiza la trufa antes de llegar al plato. En Laumont llevamos décadas perfeccionando ese recorrido, cuidando cada detalle, desde el momento en que la trufa se extrae de la tierra hasta que se sirve sobre un plato en los mejores restaurantes del mundo.

La recolección: la importancia de nuestra red de truficultores

El primer paso de este viaje empieza en el bosque. Allí, más de 500 truficultores colaboran estrechamente con Laumont, siguiendo un manual de buenas prácticas que hemos desarrollado para garantizar la calidad desde el origen.

En Laumont seleccionamos toda la trufa recolectada, sea cual sea su calidad o su forma. Esto nos permite mantener una relación de confianza a largo plazo con los truficultores y asegurar una trazabilidad completa. No improvisamos: planificamos con antelación cada campaña y trabajamos con distintas variedades según la temporada, siempre con origen garantizado.

La recepción en Laumont: velocidad y frescura

Una vez recolectadas, las trufas viajan el mismo día hasta nuestras instalaciones. Allí, el proceso de clasificación comienza inmediatamente para que el producto no pierda frescura.

Después de un lavado cuidadoso, cada trufa pasa por una primera selección visual y manual. Nuestro equipo elimina impurezas y detecta posibles defectos, separando aquellas piezas que no cumplen los estándares para el mercado fresco. Pero lo más importante viene después.

La selección: experiencia humana, calidad garantizada

En Laumont creemos que no hay máquina que pueda sustituir a una nariz entrenada. Por eso, antes de enviar las trufas a nuestros clientes, cada pieza es revisada una a una por un equipo liderado por Josep Maria Serentill, fundador de Laumont.

Evaluamos su maduración, forma, tamaño y sobre todo su aroma. Las trufas que no cumplen los requisitos para ser enviadas como producto fresco se destinan a otros formatos: brisura, congelado, conserva o incluso liofilizado. Nada se desperdicia, pero todo se clasifica con el máximo rigor.

La conservación y el envasado: el frío como aliado

Una vez seleccionadas, las trufas se conservan en cámaras frigoríficas a temperatura controlada. Sabemos que la presentación también cuenta. Por eso ofrecemos opciones de envasado personalizadas: desde bolsas neutras hasta packaging con marca Laumont, diseñado para transmitir el mismo nivel de excelencia que contiene en su interior.

Logística: del bosque a la cocina en 24 o 48 horas

Durante la campaña, realizamos envíos diarios a más de 60 países. Nuestro sistema logístico nos permite garantizar que las trufas lleguen en frío en menos de 48 horas desde su recolección, incluso en destinos internacionales. Trabajamos con transportistas que conocen bien la naturaleza del producto y respetan la cadena de frío en cada momento del trayecto. En casos específicos, también ofrecemos soluciones exprés para asegurar que el producto llegue a tiempo para un servicio o un evento especial.

Las trufas se envasan al vacío, garantizando su frescura durante todo el trayecto. En función del destino y las condiciones del transporte, utilizamos packaging específico: cajas con acumuladores de frío o transporte refrigerado directo.

Documentación, trazabilidad y confianza

En Laumont, cada trufa que entregamos lleva detrás un proceso que prioriza la trazabilidad y el control de calidad en cada etapa. Desde el momento de la recolección hasta su llegada al cliente, cuidamos cada detalle para asegurar que el producto cumple con los estándares más exigentes.

Creemos que la confianza no se construye con promesas, sino con hechos. Por eso, ante cualquier imprevisto, ofrecemos una atención personalizada, resolutiva y cercana. Queremos que nuestros clientes se concentren en lo que mejor saben hacer: cocinar, crear, emocionar. Lo demás, lo resolvemos nosotros.

Atención al cliente: más allá del producto

En Laumont no nos limitamos a enviar trufa. Acompañamos a cada cliente con asesoramiento experto, resolvemos dudas, compartimos información sobre la campaña y ajustamos el producto a sus necesidades. Y cuando hay escasez —al inicio o final de campaña, o en semanas complicadas—, damos prioridad a nuestros clientes más fieles, aquellos que confían en nosotros campaña tras campaña.

Contamos con un equipo comercial especializado en trufa, con experiencia en distribución internacional y restauración de alto nivel. Nos tomamos el tiempo de conocer a cada cliente, sus ritmos y sus exigencias. Es la única forma de que el producto llegue no solo en condiciones óptimas, sino con el soporte necesario.

Lo dicen los chefs

Tengo que dar un aplauso a Laumont, porque con el producto que me traéis, la gente queda entusiasmada y les contagiamos en un mundo que te marca el camino de la pasión para hacer una comida o cena inolvidable.” 
Martín Berasategui, chef con más estrellas Michelin en España

La trufa negra es un ingrediente que te llena el restaurante. Durante la campaña, todo el mundo quiere ser impresionado con la trufa negra.
Joel Castanyé, chef de La Boscana (Bellvís, 1 estrella Michelin)

“La trufa de Laumont ofrece una calidad excepcional para la gastronomía francesa.
Fabrice Giraud, chef del Cercle de l’Union Interalliée (París)

¿Trabajas en restauración o distribución?

En Laumont no solo vendemos trufa: la cuidamos desde que sale del bosque hasta que llega a tu cocina.

Si trabajas con trufa fresca y buscas un proveedor con stock garantizado, máxima calidad y un servicio que marca la diferencia, contacta con nosotros:

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